2.2 生成超声波（探头）
Las ondas de ultrasonido, que son utilizadas para detectar defectos, son generadas y recibidas por pequeños transductores denominados sondas o palpadores de ultrasonido. Estos convierten los impulsos eléctricos en ondas de sonido y, a su vez, dichas ondas se convierten en energía eléctrica. Las sondas para la detección de defectos están disponibles en varios tamaños, con diferentes frecuencias y estilos de carcasa; sin embargo, la mayoría cuenta con una estructura interna común.
Normalmente, el elemento activo de una sonda es un disco delgado, un cuadrado o rectángulo piezoeléctrico o piezocompuesto de cerámica que efectúa la conversión de la energía eléctrica en energía mecánica (vibraciones de ultrasonidos) y viceversa. Al excitarse por el pulso eléctrico, este genera ondas acústicas. Y, al permanecer en vibración, debido a eco de retorno, éste genera tensión. El elemento activo, comúnmente denominado cristal, está protegido contra daños debido a una placa antidesgaste o lentes acústicos. Asimismo, está respaldado por un bloque de materiales amortiguadores que permite estabilizar la sonda después de que el pulso acústico haya sido generado. Este subconjunto ultrasónico está montado en una carcasa (estructura) con conexiones eléctricas adecuadas. Todos los contactos comunes, el haz angular, la línea de retardo y los transductores de inmersión utilizan esta configuración básica. Las sondas duales, comúnmente utilizadas en aplicaciones de control de corrosión, se diferencian con respecto a los elementos de transmisión y recepción que se encuentran separados por una barrera acústica, sin respaldo y con un línea de retardo integrada para dirigir y acoplar la energía del sonido, en vez de utilizar una placa antidesgaste o lente.
Acoplantes
Los acoplantes para ultrasonido están destinados a casi todas las aplicaciones de contacto. Estos facilitan la transmisión de la energía del sonido entre la sonda y la pieza bajo ensayo. Los acoplantes normalmente presentarán una viscosidad moderada y no son líquidos tóxicos. Pueden ser adquiridos en geles o pastas. El uso de estos acoplantes es necesario debido a que la energía de sonido aplicada normalmente en frecuencias de ultrasonido, durante los ensayos no destructivos, no se trasmite bien por aire. Aunque exista una fina separación de aire entre la sonda y la pieza bajo ensayo, esto provocará una transmisión ineficiente de la energía de sonido e imposibilitará los ensayos convencionales.
Es posible utilizar una gran cantidad de sustancias comunes, tales como el agua, aceites automotrices, grasa e incluso productos de uso personal como los fijadores (geles) de cabello, en varias aplicaciones. Los acoplantes especiales son utilizados para ensayos efectuados bajo condiciones de alta temperatura y en ensayos químicos especiales donde un bajo contenido de halógeno es requerido.
